Para esta investigación usaron dos tipos de pruebas: el método de la EPA, que detecta 30 tipos de los apróximadamente 9,000 que existen, y otro que comprueba todo componente del tipo PFAS.
En siete de las nueve muestras, el segundo análisis encontró más altos niveles de “químicos eternos” en el agua y concentraciones hasta 24 veces mayores.
” La EPA está haciendo el mínimo posible y eso está poniendo la salud de la gente en riesgo”, dijo al diario Kyla Bennett, directora de políticas en el grupo Public Employees for Environmental Responsibility (Empleados públicos por la responsabilidad medioambiental).
El presidente Joe Biden anunció en junio nuevas medidas, dotadas con 10,000 millones de dólares, para proteger el agua potable de la contaminación por este tipo de químicos, reconociendo que “representan una amenaza seria en áreas rurales, suburbanas y urbanas”.